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La historia del insumo principal
de los diarios en la Argentina es una historia escrita con sangre. La historia
de Papel Prensa es la del despojo a sus dueños (Grupo Graiver) por la
dictadura, mediante la tortura y el secuestro, y la entrega a los diarios Clarín,
La Nación y La Razón.
En “Descalzo…” dialogamos con
Cynthia Ottaviano y Roberto Caballero, ambos periodistas de Tiempo Argentino.
Además, ella es una de las periodistas que más investigó sobre el tema
aportando datos claves a la Justicia de esta “alianza estratégica” entre los tres
diarios y los genocidas.
Para Ottaviano es una causa que
está demorada, “frenada desde hace un año” por la estrategia
judicial de los abogados de Héctor Magnetto y de Bartolomé Mitre, directivos de
Clarín y La Nación respectivamente. “La Justicia no está actuando en una causa
que es clave, que pretende determinar el grado de participación que pueden
haber tenido en la comisión de delitos de lesa humanidad los directivos de
diarios que hoy tienen todavía una presencia importante en el paradigma comunicacional
argentino”, señaló. Y agregó que se trata de personas que “ocultaron un
genocidio para hacer un negocio”, para manejar el papel, la información y, por
ende, el poder.
La periodista definió "de
muy complejo" el manejo judicial de la causa. El expediente de Papel
Prensa consta de 14 mil fojas llenas de pruebas documentales en la que “los
represores se sentaban con los directivos de Clarín y de La Nación”.
Por otra parte, Caballero hizo un
análisis de lo que puede llegar a suceder el 7 de diciembre, día en el que
debería entrar en plena vigencia la Ley de Medios. En este sentido, abogó por
una Justicia sin preferencias. “Quiero vivir en una sociedad donde la Corte
Suprema no le tenga miedo a Clarín”.
Para Ottaviano la comunicación es
un derecho que debe ser ejercido por el conjunto de la sociedad. “No hay que
dormirse en los laureles es una conquista permanente para tratar de
contrarrestar este poder”, sentenció.
La periodista acusó al grupo
Clarín de haber“desoído” a los tres poderes. Sostuvo que “es una corporación
antidemocrática que ha ocultado un genocidio que no está dispuesta a aceptar la
institucionalidad que debiera”. Además, denunció que “llamaron presidente a un
genocida, hicieron negocios con él, se entiende que en la democracia sientan
incomodidad porque han sentido mucha comodidad durante la dictadura cívico
militar”.
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