El Gobierno de la provincia de
Santa Cruz se encuentra inmerso hoy, en una crisis mucho más profunda que la
que tuvo que soportar durante el año 2007.
Un Gobierno jaqueado por la falta
de recursos para hacerle frente a los compromisos en el pago a proveedores,
aportes a los municipios para que a su vez éstos puedan cumplir con el pago de
sueldos y generar proyectos vinculados al desarrollo de sus comunidades y por
último, el punto más sensible, serias dificultades para cumplir con el pago de
los sueldos de la administración pública, lo que se viene haciendo, pero de una
manera muy irregular. Tal es el caso que en este último mes, se decidió abonar
los mismos con un tope de hasta $9.000, abonando lo restante, si nada nuevo sucede,
el próximo Miércoles 16. Factor determinante en la decisión adoptada por los
integrantes de la Mesa
de Unidad Sindical, al convocar a un paro y movilización para el día Jueves.
Un sistema de salud totalmente
colapsado, donde no solo genera preocupación la falta de profesionales para
cubrir las distintas especialidades, sino que el principal problema que deben
afrontar los médicos en los hospitales por estos días, es la de tratar de
cumplir con su trabajo sin tener a mano los insumos necesarios, llegando al
punto de convocar medidas de fuerza para que el gobierno, a través del
Ministerio de Salud, suministre lo mínimo e indispensable. A esto, y como dato
no menor, también se le suma el atraso en el pago de los sueldos, lo que
determinó un paro de los profesionales de la salud para el Jueves.
El sector privado denuncia a
través de sus representantes, Cámara de Comercio y Federación Económica de
Santa Cruz, una merma en las ventas que oscilaría para los meses de Mayo y
Junio de hasta un 25%, lo que sería motivo de análisis por parte de los
comerciantes minoristas, el ejecutar dos medidas que reflejan de cuerpo entero
la magnitud de la crisis: el despido de personal, o en el peor de los casos, el
cierre de los comercios. Gran parte de responsabilidad adjudicada al "plan" de
pagos elaborado por el Ministerio de Economía para los proveedores del Estado,
donde se decidió unilateralmente abonar lo adeudado con una quita de hasta el
30% y el saldo en cuotas, practicamente acusando, enjuiciando y condenando al
empresariado local de ser PARTÍCIPES NECESARIOS del despilfarro y de
la pésima administración de los fondos provinciales por parte del gobierno.
Como si esto fuera poco, en la
tarde de hoy se encendieron las luces de alarma en las redacciones de los
medios locales cuando comenzaron a circular fuertes rumores de renuncias en el
gabinete provincial, renuncias que no habrían sido solicitas por el Gobernador,
sino que por el contrario, habrían sido presentadas espontáneamente por los
funcionarios involucrados.
Y la frutilla del postre.
El gobierno nacional no acompaña
en lo más mínimo a esta gestión de gobierno, y si muchos dudaban de que,
después de lo ocurrido el pasado 29 de Diciembre las relaciones entre
Nación/Provincia iban a ser distintas, pues estaban equivocados. Los
principales actores de ese día negro en la historia de la provincia señalan
que, si Peralta se iba de esa manera, se marchaba "victimizado"
acusando un golpe institucional ejecutado por La Cámpora , dejando una
provincia fundida y generando además, un rechazo generalizado hacia el
lineamiento político que dirige el hijo de la Presidenta. Negocio
redondo.
Hoy "la canilla" está
cerrada y no existe ayuda posible para oxigenar la economía provincial, es más,
la orden desde arriba fue tajante:"una vez acreditada la plata que se le
solicitó como empréstito al Banco Nación, se le depositará a cada uno de los
Municipios la parte correspondiente al 70% acordado, pero del 30% que le correspondería
al estado provincial, no tocan un peso", confesó un alto funcionario
nacional, agregando que: "si Peralta se va, será porque la gente decidió
sacarlo, mientras tanto que gobierne".
Las cosas están muy mal en Santa
Cruz y las próximas horas son decisivas para el futuro de la provincia, donde
deberían comenzar a surgir medidas que den soluciones a la coyuntura y no paliativos
que solo sirven para calmar los ánimos de manera momentánea. La sensación en la
calle es de incertidumbre, de angustia y de incredulidad, porque
nadie en esta bendita tierra cree, con los recursos naturales que poseé y con
un Gobierno Nacional que invirtió en el desarrollo de esta provincia como
ninguno antes lo hizo, que Santa Cruz esté fundida.
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