La ría Deseado, en el norte de
Santa Cruz, es un accidente costero único en el sur del continente
sudamericano, que además pone a la vista del turista toda la variedad
faunística de la Patagonia Atlántica, y en su fondo alberga restos de barcos
siniestrados durante los primeros viajes de europeos a este confín del mundo.
Se trata de una lengua de mar que
se adentra al continente y llena un profundo cañón originado en el jurásico,
que fue lecho del río Deseado hasta que este curso de agua dulce se secó unos 50 kilómetros antes
de su desembocadura.
Algunas aves, como pingüinos y
gaviotas, ignoran a los humanos que caminan por su hábitat, mientras toninas y
lobos parecen animarse con las visitas y rodean y acompañan los botes en que
estas recorren las aguas turquesas.
La ría es eje de la vida social,
comercial y turística de Puerto Deseado, ciudad que creció sobre su margen
norte, y si bien su extensión es de unos 50 kilómetros , es en
su primera decena donde habita esta variada fauna -incluye unas 40 especies de
aves- que llevó a declararla Reserva Natural Provincial.
Sitio Histórico - Estación de Ferrocarril / Puerto Deseado |
El bote en que Télam visitó el
lugar estaba al mando del capitán y guía local Sebastián Ibiricu y dejaba una
estela blanca de espuma en la verde superficie aún inquieta tras los fuertes
vientos de la mañana que obligaron a retrasar la excursión.
En diagonal sureste desde el
puerto, llegó a la isla Chaffers, para observar una colonia de blanquísimos
gaviotines de cabeza negra y picos y patas naranjas, que parecían esperar sobre
las rocas, siempre de frente al viento, para espontáneamente despegar en
bandada, sobrevolar las aguas y volver a posarse en algún punto cercano.
Museo del tren - Puerto Deseado |
Cuando baja la marea, la Chaffers
queda unida al continente, por lo que su denominación sería tómbolo, aunque en
las cartas marinas figura como isla. Dos toninas overas, con los
característicos planos blanco y negro de sus cuerpos, recibieron con saltos y
piruetas al bote y lo acompañaron unos minutos, para luego pasarle la posta a
varios lobos marinos de un pelo que descendieron de unas rocas costeras como
para saludar de cerca a los visitantes. Entre las bajas matas de la isla y
sobre el gris canto rodado se veían ejemplares de la colonia más grande de
pingüinos magallánicos de la región, con unos 45 mil miembros para esta época. En
parejas o grupos familiares, viven en nidos que arman con guano, lodo y ramas
en los puntos más altos o cornisas y huecos de las paredes, donde a veces
también se pueden ver cormoranes imperiales, de pecho y vientre blanco, ojos
violetas y el penacho erguido en la testa. El bote rodeó luego lentamente la
isla Larga, habitada por una colonia de lobos marinos, de la que Ibiricu
explicó que “son unos 100 ejemplares, con tres machos alfa”.
Vista Parcial - Ferrocarril / Puerto Deseado. |
El plato fuerte queda para el
final: la isla de los Pájaros, donde se puede desembarcar y caminar por la
costa, aunque no adentrarse más de una decena de metros desde el agua, y ver
una gran variedad de aves. El guía explicó que el límite es donde comienza una
baja vegetación arbustiva en la que anidan y desovan varias especies, y
advirtió que se debe dar prioridad de paso a las aves y no alterarlas con
movimientos bruscos.
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